27.7.16

En la boca pocos dientes


Una sonrisa casi forzada
A veces más ancha
Pero no carcajada

Al frente del espejo
Ya no se reconoce
Está viejo y arrugado

No es más aquel que se acostó con tanto entusiasmo
Se convenció finalmente (con toda humildad)
De que no va vivir para siempre

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